viernes, 24 de julio de 2009

Dictan primer sentencia con base en la Ley de Penalización

* Condena a hombre a 15 años de prisión.
* Otros casos ya llegaron a los tribunales y están en proceso de
debate o pendientes de señalar fecha de juicio.
* Lectura completa de la sentencia tendrá lugar este 7 de julio.



El trabajo conjunto entre la Fiscalía, las autoridades policiales y las
víctimas de violencia doméstica permitió que se dictara la primera sentencia
donde se aplicó la Ley de Penalización de la Violencia contra la Mujer y
otros más están el proceso de debate.

El fallo judicial estableció una pena de 21 años y 6 meses de prisión, cuya
adecuación quedó en 15 años de prisión contra un hombre de apellidos Fuentes
Obando por varios delitos cometidos en concurso ideal (en un mismo acto
comete varios delitos): “1.- Amenazas y daño Patrimonial, 2.-
Incumplimiento de una Medida de Protección , Violación de Domicilio Agravada
y Daño Patrimonial; 3.- Incumplimiento de una Medida de Protección Daño
Patrimonial y Violación de Domicilio Agravada; 4.- Un Incumplimiento de
medida de protección y daño patrimonial ; 5.- Un incumplimiento de medida
de protección y violación de domicilio agravada; 6.- Una agresión con arma
y un incumplimiento de medida de protección; un delito de amenazas y
un delito de agresión con arma; en perjuicio de la vida, el ámbito de
intimidad y de (ofendida) cometidos en concurso material”.

La jueza Linda Casas dictó el por tanto esta tarde en la Sala 10 de los
Tribunales de Juicio de San José, donde prevaleció la tesis de considerar la
definición de unión libre establecida en la Convención Internacional Belém
do Pará, que Costa Rica ratificó en materia de penalización de la violencia
contra las mujeres y no lo que establece el artículo 242 del Código de
Familia.

A criterio del Tribunal unipersonal, en este caso en particular no interesó
el tiempo que haya durado la relación de pareja, si tenían libertad de
estado o si vivían o no bajo el mismo techo, pues es claro que la prueba
testimonial y documental evidenció la existencia de la relación entre el
imputado y la ofendida, donde se dio la violencia que justifica la
aplicación de la Ley de Penalización de la Violencia contra la Mujer.

La ampliación de la prisión preventiva del imputado se amplió, mientras el
fallo queda en firme, bajo el criterio de que existe un evidente peligro de
fuga, además primó el derecho de la víctima a vivir en paz y a una vida
libre de violencia.

El Tribunal argumentó que Fernández Obando debió actuar de manera decente en
favor su compañera, conducta que no tuvo y se calificó como cruel y
reiterada, irrespetuosa y lesiva para la dignidad de la ofendida, la cual se
encontraba en una condición de vulnerabilidad.

Dos años después de la entrada en vigencia de la ley, su efectiva aplicación
logró que en este proceso judicial esté por dictarse sentencia en los
Tribunales Penales de San José.

Para este proceso se tomaron en consideración los artículos 2, 27, 35 y 43
de la Ley de Penalización de la Violencia Doméstica.

El artículo 2 sobre el ámbito de aplicación se consideró por establecer el
rango de aplicación de la legislación, el cual se establecerá por las
conductas tipificadas en ella como delitos penales y que se dirijan contra
una mujer mayor de edad en el contexto de una relación de matrimonio, en
unión de hecho declarada o no.

También se tomó en consideración el artículo 27 sobre amenazas contra una
mujer, el cual señala una sanción de seis meses a dos años de cárcel a
“quien amenace con lesionar un bien jurídico de una mujer o de su familia o
una tercera persona íntimamente vinculada, con quien mantiene una relación
de matrimonio, en unión de hecho declarada o no.

Otro de los artículos que se aplicó durante la tramitación de estos procesos
judiciales fue el de Daño Patrimonial cuyo artículo 35 de la norma legal
especial para la mujer establece una pena de tres meses a dos años de
prisión contra la persona que destruya, inutilice, haga desaparecer o dañe
en cualquier forma un bien en propiedad, posesión o tenencia o un bien
susceptible de ser ganancial, en perjuicio de una mujer con quien mantenga
una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no.

Además la sentencia tomó en consideración el artículo 43 de esta legislación
reciente, el cual establece que “será sancionado con pena de prisión de
seis meses a dos años, quien incumpla una medida de protección dictada por
una autoridad competente, dentro de un proceso de violencia doméstica en
aplicación de la Ley contra la violencia doméstica”.

Es así como los primeros casos que se tramitan por esta legislación ya se
ventilan en los tribunales de justicia. Algunos procesos registran un avance
importante del debate y otros están pendientes de señalar fecha de juicio.





DEPARTAMENTO DE PRENSA Y COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL

PODER JUDICIAL

30 Jun. 09

Noticias del INAMU

COSTA RICA ASUME PRESIDENCIA

PRO TEMPORE DEL COMMCA

o Cumbre de Presidentes sobre Género, Integración y Desarrollo se llevará a cabo en Costa Rica en diciembre.

San José, 07 de julio, 2009 - Desde el pasado 1 de julio, el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), en la persona de su Presidenta Ejecutiva, Mayra Díaz Méndez, asumió la Presidencia Pro Témpore del Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA), organismo que forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

En el marco de la Presidencia Pro Témpore del COMMCA, Díaz Méndez participará en una serie de reuniones cuyo fin es avanzar en las negociaciones que debe realizar el COMMCA de cara a la celebración de la Cumbre sobre Género, Integración y Desarrollo, programada para el próximo mes de diciembre en San José, Costa Rica.

Una de estas citas es la 43 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL, que se desarrolla hoy martes y mañana miércoles en Puerto España, Trinidad y Tobago.

En el encuentro la Presidenta Pro Témpore del COMMCA y Presidenta del INAMU se reunirá con varias autoridades internacionales, entre ellas Laura Albornoz, Ministra del Servicio Nacional de la Mujer de Chile y Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (CIM/OEA), así como Sonia Montaño, Directora a.i. de la División de Asuntos de Género de la CEPAL.

La realización de la Cumbre sobre Género, Integración y Desarrollo se definió durante la XXXIII Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros del SICA realizada en diciembre del año pasado. En ella se acordó realizar en el segundo semestre del año 2009 una Reunión Extraordinaria de Presidentes destinada a debatir el tema de Género, Integración y Desarrollo, así como preparar el Año Interamericano de la Mujer en el 2010.

Por un Estado de Derecho en Honduras

Conocedor de la crisis política que implicó la ruptura del orden constitucional y democrático de la República de Honduras, que atentan contra la libertad y la democracia y que afecta especialmente a las mujeres, a las niñas y niños y en general a los grupos en entornos más vulnerables, el INAMU manifiesta su compromiso y solidaridad con el Mecanismo Nacional, las mujeres, las organizaciones y el pueblo de Honduras.

“Hacemos un llamado a los Mecanismos Nacionales que integran el Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica para que reafirmemos nuestro apoyo al Mecanismo Nacional de Honduras, en aras de fortalecer la institucionalidad que promueve los derechos humanos de las mujeres en la región”.

“Abogamos porque se restablezca la democracia y las libertades públicas en Honduras, producto de un proceso de diálogo y respeto, que permita dar continuidad a las acciones regionales que en materia de derechos humanos de las mujeres se han venido impulsando en la región y que desde el INAMU deseamos continuar y fortalecer en este semestre, periodo en el que asumimos la Presidencia Pro Tempore del COMMCA”, puntualizó Díaz Méndez.

La Presidenta Ejecutiva del INAMU y Presidenta Pro Témpore del COMMCA reiteró, al igual que el Gobierno de Costa Rica, el deseo de que Honduras se consolide como un Estado de Derecho, en el cual la ciudadanía pueda aspirar a la igualdad y equidad entre mujeres y hombres.

El acoso sexual es silenciado. Denunciarlo es tabú

Por Alejandra Waigandt | 20.7.2009

El acoso sexual en el ámbito de trabajo se encuentra invisibilizado y el 90% de las víctimas son mujeres. Es urgente la legislación específica e intervención del Estado para garantizar ambientes de trabajos saludables y dignos, y la igualdad de oportunidades y trato entre varones y mujeres. Un testimonio exclusivo de Artemisa Noticias da cuenta de la humillación a la que son sometidas las víctimas.

El acoso sexual laboral es una forma de violencia que afecta principalmente a mujeres y en menor medida a varones homosexuales según relevamientos de los ministerios de Trabajo de Argentina y España (http://www.artemisanoticias.com.ar/site/notas.asp?id=6&idnota=6620). Sin embargo en Argentina no hay estadísticas representativas de este problema y se desconoce su dimensión. Tampoco se cuenta con una legislación nacional que castigue el hostigamiento sexual en el trabajo, subsane a la víctima y la proteja de perder su fuente de ingresos. Frente a esta desprotección y la posible estigmatización las personas afectadas no denuncian el delito y luchan para olvidarlo.

El caso de Graciela (nombre ficticio) es revelador. Tenía 24 años cuando fue acosada sexualmente por el gerente general de una financiera, a quién debía rendirle cuentas en forma directa porque los dueños eran inversionistas y no concurrían a la compañía. Ella ocupaba el cargo de tesorera y no era la primera vez que trabajaba en este tipo de empresas, donde la mayoría de los ejecutivos de cuentas son varones.

- ¿Hubo situaciones o acciones que te incomodaron ni bien empezaste a trabajar?

- La empresa recién arrancaba, éramos nueve personas y el grupo era muy unido, en ese contexto es que pasó eso, fue paulatinamente, me ponían muy incómoda las alusiones a mi persona como qué ojos grandes tenés. Había un compañero de trabajo que sobre este fulano decía... no es que no lo quiero nombrar... me olvidé el nombre... no me sale.

- Vamos a llamarlo esa persona.

- Esa persona tenía mucho éxito con las mujeres según mi compañero, que también me contaba que las dejaba inclusive con hijos de por medio.

- ¿Esa persona te hacía comentarios con connotación sexual?

- Sí, esos comentarios empezaron poco a poco, por ejemplo sobre la pollera que llevaba, decía que era corta. También hacía chistes fuera de lugar. Como una conversación de todos los días una vez conté que estaba contenta porque me mudaría con mi pareja y habíamos logrado comprar un sommier, el comentario de esa persona fue “Uy, así que te compraste el sommier, eso sí que está bueno para ya sabés, tiene un vaivén que no es el de un colchón común”, eran cosas totalmente desubicadas.

- ¿Había otras personas presentes cuando hacía ese tipo de comentarios?

- Las cosas más fuertes las decía cuando estábamos solos. Él tenía su oficina y al ser mi superior inmediato yo tenía que ir frecuentemente para autorizar movimientos bancarios y otros trámites. En ese constante ir y venir esa persona hacía ese tipo de comentarios, siempre utilizaba ese tonito... cuando me quedaba del otro lado del escritorio, no firmaba el cheque hasta que no diera la vuelta y me pusiera a la par.

- ¿Cómo te fueron afectando estas situaciones, por ejemplo dejaste de arreglarte?

- Eso me pasó inconscientemente. Al principio me arreglaba, me gustaba usar polleras, me sentía cómoda con ellas, pero después dejé todo eso, no usé más polleras, simplemente iba peinada y limpia, inclusive me descuidé, engordé bastante, estaba muy ansiosa, cada vez se ponía más complicado porque empezó a tirarme onda.

- Cuando vos manifestabas incomodidad o rechazo, ¿cómo reaccionaba él?

- Primero me decía cosas como “qué arisca” “hoy te levantaste de mal humor”. Si me mantenía cortante empezaba a decirme que era una frígida, “salí vos que sos más fría que tal cosa”; me mascullaba ese tipo de cosas ofensivas en ese ir y venir, en esa interacción laboral. También me trataba de histérica, eso lo hacía delante de otras personas. Yo manejaba mucha plata y estaba siempre muy tensa, él aprovechaba esa situación para decirme “mirá, todos los tesoreros son iguales, mirá que histérica que sos, mirá esa cara de culo”.

- ¿Se metió también con tu trabajo?

- Me niguneaba, como que mi laburo no era para tanto. En una oportunidad me tomé cinco días de vacaciones que se habían acumulado, y me pidió que enseñara el trabajo de tesorería a una cadete que había sido contratada recientemente. Cuando volví, él dijo que dejara un tiempo más a la cadete, asegurando que yo no era imprescindible; pasó un mes hasta que me devolvió mi puesto y en ese tiempo me obligó a hacer el trabajo de cadetería.

- ¿Hablabas con alguien sobre estas situaciones?

- No hablaba con nadie, estaba segura de que no me creerían. La recepcionista era la hija de él, ella y la contadora, después la cadete, eran las únicas mujeres en la empresa. Esa persona a veces pasaba por la puerta de mi oficina y me hacía gestos con la lengua, se pasaba la lengua por los labios. A veces tenía que ir a la recepción y era tener que disimular eso. Trataba de tapar todo, siempre pensando en que nadie iba a creerme, porque él era intachable. Cuando interactuaba con otras personas se comportaba como un caballero, se expresaba muy bien, por eso estaba segura de que nadie iba a creer que tenía esa otra cara.

Al igual que Graciela, hay muchas mujeres que soportan situaciones de acoso sexual laboral durante meses, en los casos más graves durante años, y guardan silencio. Este daño moral y psicológico que viven produce en las víctimas un sentimiento de culpa y vergüenza, y además tienen mucho miedo a las represalias. A veces ni siquiera son conscientes de que están siendo víctimas de acoso.

Alejandra Angriman, secretaria de Igualdad de Género y Oportunidades de la Central de Trabajadores Argentino (CTA), participa activamente en el ámbito sindical desde hace 10 años y en todo ese periodo conoció sólo cinco casos. “Las denuncias las hicieron mujeres a sus organizaciones de base”, aclaró.

La activista explicó que el acoso sexual y otros tipo de violencias en el trabajo forman parte de la agenda histórica de la CTA, sin embargo cuando “las compañeras plantean esta problemática los delegados varones tienen mucha resistencia a abordarla, no saben como encararla y a veces son muy incisivos porque no les creen”.

Hay comentarios clásicos con los que se intenta hacer recaer la responsabilidad en las víctimas, “se lo buscaron”, o incluso “les gusta”. No sólo no se la reconoce como víctima, sino que además se las acusa. De ese modo el acoso sexual es una forma de discriminación de género “íntimamente vinculada a los roles que se atribuyen a las mujeres y a los varones en la vida social y económica y a sus inevitables efectos en la posición de las mujeres en el mercado de trabajo”, analiza Natacha David, redactora jefa de la revista Le Monde Syndical.

Graciela continúa su relato.

- ¿Te dabas cuenta de que era una situación de acoso?

- No realmente. Pero me sentía como atrapada. La cosa empezó a ponerse espesa en cuanto a lo que decía y hacía. Durante las últimas horas de trabajo en la oficina quedábamos sólo él y yo, él porque era el gerente y yo por la sobrecarga de laburo; en esos momentos aprovechaba para decirme cosas. A veces apagaba las luces de la empresa y yo tenía que caminar en la oscuridad hasta la puerta de acceso, él me esperaba y decía ‘dale, vení’. La verdad no me había amenazado pero le tenía mucho miedo.

- ¿Qué temías?

- Me daba miedo quedarnos solos y que tomara represalias. Muchas veces pensé que podía llegar a atacarme directamente. Nunca llegó a eso, pero igualmente mi peor fantasía era que un día se cansara de la negativa y tuviera una reacción de ese tipo.

- ¿Estas experiencias afectaron tu salud?

- Sufría mucho cada vez que tenía que ir a trabajar. También padecía una especie de gastritis y un médico me reveló que tenía una enfermedad psicosomática. Hasta ese momento tenía una negación muy grande, no podía relacionar lo que me pasaba con el deterioro de mi salud, vivía en dos mundos, por un lado estaba el trabajo con toda esa hostilidad, y por el otro mi casa donde llevaba adelante las tareas con una sonrisa. Entonces el gastroenterólogo me dijo que evidentemente estaba somatizando un gran problema. Lo vi sólo dos veces en mi vida, pero hizo que me diera cuenta de que pasaba algo grave. Le conté lo que vivía en el trabajo y el médico me creyó, me dijo que era una situación de acoso sexual tan grave como para denunciarla y como para dejar ese trabajo. Me preguntó como había aguantado tanto tiempo.

- ¿Cuánto tiempo aguantaste?

- Y un año o más.

- ¿Hiciste la denuncia?

- No, quise olvidarme del tema. Lo que me dijo el médico me hizo reaccionar y hablé con mis seres queridos, le conté lo que sucedía primero a mi pareja y después a mi mamá. Poco después esa persona fue despedida de la financiera por motivos que no tienen nada que ver con lo que me pasó, entonces lo di por terminado, fue una pesadilla, inclusive ahora que te lo cuento es como que si otra persona hubiera pasado por eso.

Artemisa Noticias