Diálogo de referencia: Vivir y Convivir. Foro Mundial de las Mujeres Fórum Barcelona 2004 |
Marcela Lagarde, antropóloga y diputada mexicana, expone que las mujeres todavía insisten en participar con equidad en el discurso de la modernidad desde la traición de los revolucionarios franceses, los primeros en denominarse democráticos. Lagarde recuerda a la revolucionaria francesa Olympe de Gouges, que fue decapitada a raíz de la escritura de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Lagarde cita también a Cèlia Amorós, afirmando que «la fraternidad es un pacto entre hombres, es la exclusión de las mujeres como ciudadanas» y propone luchar desde la modernidad para cambiar el radicalismo: «Las mujeres queremos un pacto para la democracia, el desarrollo y el progreso». Lagarde destaca la necesidad de las mujeres de dialogar entre ellas, tomar una conciencia de género y biografía única, y conocer la lucha de las otras.
Retomando el discurso de Luce Irigaray, Lagarde afirma que «hay que romper el muro patriarcal de la misoginia, la desconfianza entre mujeres» y propone la nueva práctica de la sororidad entre mujeres, que define así: «No es un falso “estimémonos todas”, sino un “reconozcámonos como legítimas interlocutoras semejantes que asumimos nuestra diversidad como una riqueza”».
Respecto a la violencia de género, Lagarde postula que los hombres no están obligados a reproducirla, sino que si lo hacen es porque lo escogen, y recuerda que incluso los que apoyan la causa feminista están plenos de poderes patriarcales. Marcela Lagarde concluye destacando tres salidas posibles del patriarcado, creando una estética, ética y política feministas.
Ramón Márquez, «Ramoncín», músico español, inicia su discurso citando a Voltaire: «Un hombre siempre tiene razón cuando reconoce equivocarse con una mujer» y afirma que «la inseguridad ante el otro es lo que hace violentos y machistas los hombres. Por cada paso que da ella, él siente que tiene que retroceder uno».
Ramoncín opina que «se nace persona, ni hombre ni mujer» y destaca que actualmente hay un nuevo arquetipo masculino que cuida de los hijos y colabora en el mantenimiento del hogar.
Ramoncín cree que el hombre todavía no concibe a la mujer como un fin en la mejora de su relación con el mundo y reformula: «Un hombre siempre tiene razón cuando admite que su obcecación ante los cambios impide su propio crecimiento», y concluye que «cuando seamos iguales habremos salido finalmente de la caverna».
Las intervenciones del público aportaron los siguientes matices a la ponencia:
- Una miembro del Colectivo de Mujeres Feministas Andaluzas destacó que la gran mayoría de mujeres pobres (gitanas, prostitutas, inmigrantes, indocumentadas, etc.) no tiene acceso a la cultura y no puede participar de estas reflexiones estéticas, éticas y políticas.
- Una miembro de la Unión Nacional de Mujeres Sahrauís destacó la importancia de la política internacional, instigando al Gobierno español a proponer la intervención de la ONU para obligar a Marruecos a respetar los derechos de las mujeres.
- Margarita Carranco, ecuatoriana, resalta que la descodificación del patriarcado empieza en la vida cotidiana para después acceder al espacio público.
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